La ciudad de Oaxaca es una de las más grandes joyas de México. Desde el momento mismo de su origen hasta el día de hoy, Oaxaca se ha distinguido por la estrecha convivencia entre su bella naturaleza y la creatividad artística del hombre. Esto ha dado lugar a una de las ciudades más hermosas y armoniosas del país capital de un estado considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Todas las grandes épocas históricas de México, prehispánica, colonial, independiente, moderna, contemporánea, se expresan con natural elegancia en los espacios, edificios, calles, rincones oaxaqueños, así como en la sensible hospitalidad de sus habitantes que viven cada día como si se tratara de una obra de arte.
¿Qué hacer?
1. Recorre por fuera y por dentro, el hermoso Templo y Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, un ejemplo de la arquitectura barroca novohispana. Los primeros proyectos de construcción de este bello edificio datan del año 1551. Aquí resulta imperdible la visita al Jardín Etnobotánico en su interior exhibe cientos de especies de plantas originarias de Oaxaca.
2. Camina por el Centro Histórico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Toma el tiempo suficiente para recorrer sus calles, el Zócalo, los templos y el Andador Turístico Macedonio Alcalá, una vía peatonal empedrada llena de tiendas, restaurantes y vendedores de artesanías en donde tanto de día como de noche encontrarás mucha vida y alegría.
3. Probar el mezcal, acompañándolo de un trozo de naranja y sal de gusano. En Oaxaca de Juárez te encontrarás una cantidad impresionante de mezcalerías, personas que lo venden en los pueblos aledaños o en los mercados. Incluso desde Oaxaca parte la Ruta Caminos del mezcal, que consiste en visitar las diferentes casas mezcaleras y ser testigos de cómo se elabora esta tradicional bebida.
4. Déjate sorprender por la majestuosidad de la Zona Arqueológica de Monte Albán, Patrimonio Cultural de la Humanidad que fue habitada principalmente por la comunidad zapoteca. La ciudad está rodeada por montañas localizadas de manera estratégica en la confluencia de los brazos que forman el gran Valle de Oaxaca. Se localiza a solo 10 km del centro de la ciudad.
5. Comer hasta más no poder en el Mercado 20 de Noviembre, donde podrás probar casi todos los platillos típicos de Oaxaca, en especial un mole o unas tlayudas con tasajo.
6. Probar el chocolate artesanal, ¡bebida de reyes! lleva contigo algunas tabletas Mayordomo para preparar en casa. La tradición es tomarlo en jícara, frío o caliente, en el mercado o los restaurantes.
7. Visitar Hierve el Agua, belleza natural como ninguna, una excursión que habrá valido la pena. Se localiza a una hora con 20 minutos del centro de la ciudad.
8. Comprar artesanías. En todo el estado de Oaxaca te encontrarás con una gran cantidad de artesanías de la región, pero todas se reunen en menor cantidad en la ciudad, sobre todo los textiles, alebrijes y bellas piezas de barro negro.
9. Conoce el Teatro Macedonio Alcalá, edificación Art Nouveau inaugurada en 1909, de suntuoso vestíbulo estilo francés y escalinata de mármol blanco. Da un tour por sus interiores.
10. Piérdete entre las riquezas de Mitla, el segundo sitio arqueológico en importancia en Oaxaca construido por el pueblo zapoteca. La ornamentación de sus edificios mediante grecas te dejará con la boca abierta.
GASTRONÓMICO
Oaxaca es célebre por su gastronomía. Como parte de sus riquezas naturales, históricas, culturales, artísticas, brilla la cocina tradicional oaxaqueña. La preservación de las culturas indígenas hasta convertirse en un presente vivo y actuante en Oaxaca, tiene una de sus mejores expresiones en cada uno de sus platillos típicos; destacan los moles, que aquí son de los más variados sabores y colores: moles negros, verdes, rojos, coloraditos, amarillos, pipianes, chichilos, manchamanteles, estofados, etcétera.
Junto con ellos, otras delicias tradicionales de Oaxaca como el tasajo, la cecina, las tlayudas, la hoja santa, tamales, quesos, y un muy largo etcétera. Todo acompañado por el mezcal, también típico de la región, aguas de sabores como limón con chía u horchata con nuez; y para terminar un tejate de maíz y cacao, o un chocolate.
Además de los muchos restaurantes, de todas categorías y con estupendas cocinas, en Oaxaca es famosa la experiencia de comer en los mercados, como el 20 de noviembre, el de La Merced o el Benito Juárez. Los mercados oaxaqueños son una fiesta para los sentidos.
ARQUEOLÓGICO
Desde los tiempos prehispánicos, Oaxaca es un centro de arte y cultura. Testimonio de ello son sus muchos centros arqueológicos, entre los que destacan Mitla, Yagul, Dainzú, Lamibityeco, Zaachila y, sobre todo, Monte Albán, que fue capital del gran imperio zapoteco y que hoy todavía deslumbra por su grandiosidad.
Monte Albán está en las orillas de la ciudad de Oaxaca, en una pequeña cumbre, que se convierte en la inmensa explanada del centro ceremonial, que tomó su nombre del brillo de sus muros. Monte Albán significa montaña blanca. Es una posición estratégica sobre el valle, con una esplendorosa vista a los cuatro puntos cardinales.
En torno a la Gran Plaza se ubican el juego de pelota, pirámides, edificios, plataformas, tumbas, templos, que se pueden visitar para admirar el talento de los constructores y la visión de quienes concibieron esta ciudadela, uno de los más importantes sitios prehispánicos. Muchas de sus piezas se conservan en el Museo de Sitio y en el Museo de las Culturas, en el centro de la ciudad.
CULTURA, ARTE, TRADICIONES Y FOLKLORE
No sólo el mundo prehispánico está presente en Oaxaca. Un gran número de conventos, templos, edificios públicos, plazas nos hablan del esplendor colonial de Oaxaca.
Algunos de los sitios más notables, tanto en el Centro Histórico como en los alrededores, son: el Zócalo, la Catedral, el Centro Cultural Santo Domingo, el Centro Cultural y Académico San Pablo, el Teatro Macedonio Alcalá, el Museo del Palacio, el Museo Textil, el Jardín Etnobotánico, etcétera.
CULTURA Y TRADICIONES
Oaxaca es uno de los estados de la República Mexicana con mayor variedad y riqueza étnica. En sus ocho regiones conserva tradiciones y costumbres milenarias, pues los grupos indígenas las preservan con orgullo. En Oaxaca hay más de dos millones de indígenas, de muy diversas etnias, como: mixtecos, zapotecos, náhuatlacas, triques, zoques, popolocas, amuzgos, chatinos, chinantecos, chochos, chontales, cuicatecos, huaves, ixcatecos, mazatecos, mixes, etcétera.
En la ciudad de Oaxaca y sus alrededores hay testimonios vivos de ese orgullo ancestral.
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